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  • Foto del escritorCARLOS OBANDO ARROYAVE

De Superman a Dexter o de la primera pantalla a la narrativa transmedia (III)

Por Carloso / @carlosoyave


DOS HÉROES AMERICANOS Y UN UNIVERSO PARALELO


De fandom, palabra inglesa creada a partir de la contracción de fan+kingdom (Reino Fan), está hecho Superman (origen cómic) y Dexter (origen libro); el primero un superhéroe icono de la cultura e ideología norteamericana; el segundo un héroe (o antihéroe) más terrenal y cuestionable moralmente, pero héroe al fin de cuentas. Los une que ambos luchan contra las fuerzas del mal y pretenden hacer del mundo un lugar más humano. Si la policía tiene en Superman un amigo y colaborador, en Dexter, aunque no lo reconozca abiertamente, ocurre lo mismo pues aligera su trabajo y cierra casos criminales que por vías ortodoxas sería imposible resolver. Superman es salvado por su padre al enviarlo a la tierra en una nave espacial, poco antes de la catástrofe cósmica que acaba con el planeta Kriptón de donde es originario, Dexter es salvado por el policía Harry Morgan, que lo adopta como su hijo después de que el pequeño, junto a su hermano de 4 años, presencia el asesinato con una motosierra de su madre Laura Moser (la escena es muy similar al origen de otro superhéroe como Batman, también huérfano)


En la serie televisiva, de la cadena Showtime, Dexter Morgan (Michael C. Hall), un analista de huellas de sangre sin ningún superpoder (salvo el de escurrirse como un reptil por entre la gente, o pasar siempre desapercibido, incluso entre sus colegas o familiares, porque amigos no tiene), que se toma la justicia por su mano, y que trabaja en el departamento de policía de Miami, seduce durante 8 temporadas a millones de espectadores y fans con su doble vida de experto forense y asesino nocturno (no es spoiler, desde el primer capítulo ya lo sabemos), y con ese universo de sangre que desfila por cada uno de sus episodios y que a veces parece ser más la obra pictórica de un artista perfomático, que se deleita con una estética cargada de historias: la sangre simpre nos cuenta una historia, deja una traza, nos habla, dice.


Internet nos muestra múltiples formas de expansión y transmedialización de la trama, y en esta serie algunas son hechas por la productora, pero en su gran mayoría son creadas por los fans; Dexter Interactive Investigation, es un videojuego interactivo y en línea en YouTube que permite seguir las huellas de sangre que el forense va encontrando en cada uno de los asesinatos que investiga; Dexter Painting es una resignificación basada en la estética sonoro-visual de la cabecera de serie en la que la artista-fan, Sam Skyler, pinta un lienzo de Dexter utilizando el símil de la sangre salpicada, tan recurrente en sus episodios, pero esta vez usando el color rojo de su paleta de pintora; Dexter Parodia, utiliza la estética visual y sonora original para ilustrar la famosa y pionera webserie española Malviviendo. En ¿What if Dexter had been a sitcom?, se utiliza la sincronización del formato televisivo de la comedia, seleccionando planos sacados de contexto (generalmente de risa y evitando los asesinatos) de la serie original y montados nuevamente para recrear situaciones cómicas que acompaña con una banda sonora incidental y los típicos aplausos postproducidos de las sitcoms televisivas norteamericanas. En Dexter Fémale, la dextera prosumidora acude a la figura de la parodia y recrea una puesta en escena que reproduce la estética y la atmósfera original de la cabecera de la serie, donde la fémina en su plano final nos deja de forma sugerida la pregunta; ¿y qué pasaría si en vez de asesino fuese asesina? Igualmente, y en otros tantos videos que pueden seguirse en YouTube, como Dexter 80's o Dexter recreation, los prosumidores reproducen la rutina de primera hora de la mañana de Dexter cuando se prepara para ir al trabajo, contada a base de primerísimos primeros planos, pero esta vez sugiriendo lo que pasaría si el asesino no fuese de esta época o fuese francés, o ruso, o rumano, o portugués.


Todo esto además de las DexterApps con juegos descargables, Dexter iTunes y Podcast donde se sintoniza el podcast semanal presentado por el escritor/productor de de la serie, Scott Reynolds y las bandas sonoras de las temporadas, DexterComic, que Marvel (la compañía de Spider-Man) adaptó en cómic, DexterStore con infinidad de piezas de diseño y utensilios con las típicas marcas y huellas de sangre de la serie, productos todos del contenido canon. Y varias plataformas fandom de la serie como DexterWiki, Dexterpedia y DexterBlog.


Y con Superman ocurre lo mismo, aunque no existiese Internet, ni siquiera televisión, desde que hiciera su aparición por allá en el año 1938 en la ciudad ficticia de Metrópolis, EE. UU. El superhéroe nació bajo el paraguas de la compañía norteamericana Action Comics, y desde entonces tanto la editorial como los fans no han parado de hacer resignificaciones, adaptaciones y parodias de su universo y de expandir el cómic en múltiples plataformas y canales online y offline.


CLARK KENT vs SUPERMAN

Recuerdo como Luisito, amigo de infancia, con tan solo ocho años, ya desde los primeros años de escuela, por allá en la década de los setenta empezó a coleccionar cuanta figurita y muñeco salía del personaje. Cada semana corría a gastarse la paga que le daban sus padres en la tienda del barrio, comprando las últimas figuras del personaje; leía sin parar los folletines y comics books que se distribuían en capítulos semanales y luego intercambiaba pegatinas, posters y cromos antiguos por nuevos en el club de lectura de la escuela, con otros niños que como él andaban tan ensimismados con sus aventuras. El héroe de la ‘S’ mayúscula en el pecho levantaba vuelo unos años después de su creación y se convertía en el rey de los superhéroes, cada tarde en la serie animada que pasaba la televisión de aquellos años, así que era sagrado, después de la escuela, acompañar a Luisito a su casa y esperar a que terminará el capítulo que atento observaba con una toalla o trapo rojo atado al cuello que hacía las veces de capa.


Con los años el mito ha vivido múltiples cambios, siempre adaptándose a las estéticas y a los nuevos tiempos que el personaje, marcado por los valores de una cultura americana basada en un estricto código moral, ha sabido explotar con su arsenal de poderes como el vuelo, la potencia y fuerza, la invulnerabilidad, la supervelocidad y los superpoderes en la visión de rayos X o en su superoído. Superman es un alienígena convertido en icono cultural de la cultura del consumo y de masas de los Estados Unidos, pero también es Clark Kent, un ciudadano medio, tímido y un poco tonto, enamorado de su compañera Lois Lane y muy entregado a su noble trabajo de periodista, metáfora de un hombre mediocre, asaltado por complejos, pero redimido por esa posibilidad de ser un hombre perfecto; un superhombre. Respetados investigadores y académicos como el mismo Umberto Eco, en su ensayo El mito de Superman, en Apocalípticos e Integrados (1968), dedicó a la historieta una buena cantidad de páginas que buscaban entender y explicar las cualidades simbólicas del personaje que recupera los mitos de otros héroes clásicos como Sansón, Hércules, Sigfrido, Orlando o el mismo Sherlock Holmes, pues para el filósofo, el héroe dotado con poderes superiores a los del hombre común ha sido siempre una constante de la imaginación popular, o de los storytelling, diríamos ahora.

Cuesta creer que una serie que retrata a un asesino en serie tenga una horda de fans tan fiel y activa. ¿Por qué gusta Dexter?, quizás porque al igual que Superman en los cincuenta o sesenta, Dexter es nuestro héroe moderno. Un malo, sí, pero qué es la maldad, sino un territorio donde cada uno construye sus propios códigos; un verdugo, también, pero consecuente con su forma de pensar, y piensa que acabando con los criminales que pueblan el mundo, éste cada vez será un poco mejor. Dexter es un hombre de clase media, que lleva una vida normal con su mujer, Rita, sus dos hijos adoptivos y su hijo biológico, por el día intenta ser un buen padre, un buen hermano y mejor marido, por la noche mata y descuartiza cadáveres que arroja en las profundidades de la bahía de Miami.


¿Quiénes somos en realidad?, se pregunta Dexter intentando conocer las motivaciones de su vida oculta. Todos tenemos una vida pública y otra vida privada, pero Dexter además tiene una vida secreta, su pasión por la sangre y su irrefrenable necesidad de matar la canaliza haciendo justicia con su propia mano y matando a criminales peligrosos que habitan la cosmopolita ciudad americana. Lo que quizás apasione en Dexter es que a diferencia de Jack el destripador o de la figura emblemática del asesino en serie por excelencia, ejemplo, el psiquiatra Hannibal Lecter, personaje de ficción creado por el novelista Thomas Harris y llevado al cine por Jonathan Demme, y más adelante convertido en serie de televisión por la cadena NBC, es que el asesino suele ser secundario o al menos comparte protagonismo con el detective o policía que lo persigue, en Dexter en cambio el arquetipo se desmonta, es el protagonista de la serie de comienzo a fin y todos los personajes que desfilan por sus episodios se mueven alrededor de él. Dexter es quien sostiene dramaturgicamente las tramas de su universo, de hecho en toda la serie su verdadera identidad no está puesta en riesgo casi nunca, salvo en alguna ocasión como ocurre en la temporada dos cuando su propio compañero de la policía, Doakes, le vigila y persigue al sospechar que es el asesino de la bahía. Para Dexter su contraparte no es nunca la policía, sino otros asesinos en serie que se van cruzando en su vida y que van perfilando una tipología de asesino regido por el ‘’Código de Harry’’, muy diferente a los conocidos hasta ahora en las narrativas ficcionales de la literatura y el cine.


Lo cierto es que el personaje de la capa roja tuvo a Luisito en una nube por un buen tiempo, no paraba de hablar de sus superpoderes y de imitarlo levantando las manos y haciendo la pose de tomar el vuelo. En la hora del recreo en la escuela pegábamos cromos en el álbum que venía de regalo en una marca de galletas de la época y fue también el primero en el barrio en armar el puzle del superhéroe que entregaba por piezas la reconocida gaseosa americana. La potente industria editorial y luego televisiva de los cómics comenzaba, pues, su andadura por el siglo veinte cargada de mitologías, sueños y deseos canalizados en los personajes que empezaban a emerger y a rivalizar con la hegemonía del hombre de acero. Batman (1939), la Wonder Woman (1941), el Capitán América (1941) y X-Men (1963) en las Américas; el Capitán Trueno (1956), Astérix y Obelix (1959) o SuperLópez (1973) en Europa y España.


Es cierto que justificar el asesinato como pretexto para cambiar el mundo, no es entendible, sin embargo Dexter no toma partido y deja ese campo abierto para que el espectador, el fan, decida en que bando está, y créanme que revisando la copiosa cantidad de contenidos de sus fans, es claro que simpatizan y están siempre del lado del monstruo que trocea cuerpos y los lanza desde su yate a la profundidad de las aguas marinas. Utilizando el código dado por su padre-policía, el ‘’Código de Harry’’: Dexter sólo mata criminales, asegurándose antes que su víctima sea realmente un monstruo asesino que merece la muerte, de ahí que sus acciones estén más cerca de la justicia, al menos de la insuficiente y precaria justicia americana llena de vericuetos y agujeros por las que se escurren los brutales asesinos de los que Dexter da cuenta en cada episodio.


LA WEB; UN ESCENARIO DE CREACIÓN Y TRANSMEDIALIZACIÓN


Visto así las narrativas transmedia son cosa del pasado y para nada es cierto que aparecen con Internet. Más bien, me atrevo a afirmar que estas dos experiencias narrativas separadas por 70 años: Superman (1938) y Dexter(2006), ya eran transmedia y al menos en una de ellas sucedía un efecto de transmedialización sin la presencia de la web. O dicho de otra manera ya eran transmedia, pero no lográbamos comprender (y necesitábamos que Henry Jenkins nos lo aclarara) Ahora bien, para que se me entienda; es cierto que el transmedia storytelling está siendo potenciado por la hipertextualidad y la hipermedialidad, características claves de la era digital, un paso más allá, por supuesto, de la intertextualidad o la transtextualidad(1) existente en múltiples experiencias narrativas (sobre todo literarias) antes de la aparición de Internet. La web de hoy, la 2.0, es un rico escenario de posibilidades tecno-creativas y de transmedialización de experiencias que nacen en otras plataformas y pantallas que encuentran en la red el mejor terreno para su expansión, sobre todo, cuando los contenidos son apropiados por los fans y son modificados, remixados y distribuidos por los múltiples canales de este ecosistema.

Pero sigamos; el modelo canon de Superman no ha dejado de expandirse en décadas. Después de los comics books, los muñecos y la serie animada de televisión, llegó ‘Superman: la película’ (1978) protagonizada por Christopher Reeve, luego 5 películas más, además de otras tantas crossover con personajes diversos, nuevas series, comics actualizados, juegos de consola y de mesa, y una infinidad de figuras coleccionables del personaje del mechón de pelo negro sobre la frente. Y todas ellas no son sólo productos licenciados o adaptados que cuentan la misma historia en una gran variedad de medios y plataformas, es decir multiplataforma, sino claramente expansión de su universo y creación de nuevas historias que ampliaban el canon iniciático del cómic. Veámoslo rápidamente:


POSTER DEXTER 2006

En 1944 la editorial DC Comics ya había explorado nuevas historias y había expandido su universo con la llegada de Superboy en la que Kal-El (nombre original de Superman) en su juventud, da forma al pasado del héroe y nos cuenta en una especie de precuela las aventuras de un joven Superman que aún vive con sus padres adoptivos y comienza el camino de descubrimiento de sus superpoderes. Después vendría de la mano del guionista John Byrne, la Supergirl aparecida en 1959, nativa también del planeta Krypton y a la postre prima de Superman. Y más adelante, en 1985, la trama se complejiza con la llegada de Superboy Prime, en principio superhéroe y luego supervillano; una historia paralela que da cuenta de este personaje venido de un planeta también paralelo a la tierra y que le va a crear enormes problemas a Superman al discutir la supremacía del superhéroe. Con éste y con un segundo Superman aparecido en 1960, se despliegan varios universos o realidades independientes, conocidas en la literatura o en el mundo de las historietas como universos paralelos, llamados Multiverso por la editorial. Con esta estrategia narrativa el Universo DC ficticio del superhéroe, se expande y se crean infinidad de historias alternativas y paralelas, así como nuevos personajes secundarios llegados a su galaxia, que le daban continuidad y nuevo aliento al universo Superman.


Y cómo no, después llegan los homenajes musicales, los espectáculos teatrales, las series de radio, varias animaciones, juegos electrónicos y de mesa y, sobre todo, los desplazamientos del superhéroe a otras tramas y personajes como Krypto, The Superdog (2005), héroe y protagonista de la serie animada de la Warner Bros, mascota de Superman salvado de la catástrofe del plantea Kriptón. Krypto posee todos los poderes de Superman y curiosamente es un perro labrador Retriever igual que Vincent, el perro de la isla perdida de Lost, que viajaba en el compartimento de equipaje del avión y se convierte en el único sobreviviente, no humano, del vuelo 815 accidentado. Vincent como fiel amigo, es el único que acompaña a Jack, el héroe de Lost, en la hora y escena final de la serie.


Mighty-Mouse, parodia del hombre de acero

La parodia también existe en Superman. Es muy conocida la de Super Ratón (1956), el Mighty Mouse con superpoderes que adopta una capa y vuela a velocidades supersónicas igual que el personaje que imita. En 1943 es el famoso conejo Bugs Bunny que aparece en un cortometraje llamado Super-Rabbit, donde ganaba poderes gracias a las zanahorias. De la guerra fría y el antagonismo político militar entre Rusia y EE.UU., también se valió DC Comics para lanzar en lengua rusa ‘Hijo Rojo’, creado apenas en 2003 bajo la autoría del británico Mark Millar, el nuevo superhéroe, o el mismo, pero con traje de “camarada”, pues en lugar de la típica S en su pecho, lleva una hoz y un martillo, que como sabemos ha sido el símbolo de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) El fiel personaje, está vez, con el planeta tierra al borde de la destrucción, lucha por la causa comunista y a favor del Kremlin. En España, también, Superman tuvo su doble en 1973 cuando apareció la serie de historietas de Superlópez, un personaje con una clara referencia caricaturizada de Superman.


El conejo Bugs Bunny adopta la figura de Super-Rabbit en este cortometraje


En este sentido, la interrelación de historias o personajes venidos de diferentes lugares conocido como estrategia crossover, como ocurre de forma recurrente en la serie transmedia El Ministerio del Tiempo (2015) de Televisión Española, es también algo ya usado en el Universo DC de los superhéroes. En la serie española el aventurero Julián Martínez interpretado por el actor Rodolfo Sancho, que a su vez había interpretado al Rey Fernando el católico en la serie de época Isabel (2012), se encuentra con la Reina Isabel la católica, en un claro guiño a dos personajes de series distintas, pero de su propia factoría (las dos series tienen a Javier Olivares como guionista)


A Superman, se hizo común verlo al lado de otro icono de los superhéroes como es Batman. A la serie de comics books que salió a la venta en agosto del 2003, convertida luego en la saga los ‘‘World’s Fines’’ (‘los Mejores del Mundo’) titulada Superman/Batman, se sumó el anunciado estreno en el 2016 de la película que los unió por primera e histórica vez: Batman vs Superman: Dawn of Justice, dirigida por Zack Snyder y que cuenta con un reparto encabezado por Henry Cavill (Superman) y Ben Affleck (Batman) Así que los spoiler en la red tampoco se hicieron esperar y empezaron su campaña mediática muy pronto, contándonos datos oficiales, rumores en torno a este universo y revelaciones en el canal de YouTube y redes sociales del formato crossover. Lo novedoso ahora parece ser es lo que nos cuentan los fans.


Pero volviendo a mi historia, la verdad es que Superman nunca fue mi superhéroe preferido, si descubrí con él mi infancia de aventuras y superhéroes fue más por mi amistad peregrina con Lusito. Yo era más de Spider-Man (1962) el superhéroe de la editorial Marvel Comics. Su gran agilidad y flexibilidad me atraía más que la velocidad y potencia de Superman, también contaba, supongo, que éramos de la misma generación (a Superman lo veía anticuado) y su comportamiento de héroe lo encontraba más terrenal. Apreciaba sus contradicciones y su aparente fragilidad cuando abandonaba su disfraz de araña y se convertía en el “álter ego” del joven adolescente Peter Parker; huérfano (¿por qué todos los superhéroes son huérfanos?, ¿ser huérfano te convierte en superheroe?) criado por su tío Ben y su tía May. Su excesiva timidez, su soledad permanente y su incapacidad para seducir a una chica me producían cierta ternura y comprensión. Un superhéroe que se comportaba como un adolescente, porque no era más que eso; un adolescente mordido por una araña radiactiva que lo convierte en superhéroe, al adquirir por accidente la agilidad y las cualidades del animal, me producía cierta admiración. Además, nunca antes de Spider-Man un superhéroe fue un joven adolescente, y esto marcó definitivamente mi predilección por el hombre trepamuros. Los superhéroes, todos, eran hombres maduros. Los adolescentes estaban destinados a ser los compañeros segundones del superhéroe como Robin con Batman o Bucky Barnes con el Capitán América.


En resumidas cuentas, llegados a este punto, reafirmo lo dicho en la primera parte de este texto: no hay nada nuevo o que no hayamos visto antes, al menos, reitero, desde la creación y la producción de la industria cultural. De ahí que siga sosteniendo mi tesis de que si hay algo nuevo no es otra cosa que la emancipación de las audiencias hiperconectadas y los nuevos relatos híbridos y remezclados por las prácticas postproductivas que ejercitan los fans contemporáneos, en una época de tecnologías escalables, abiertas y gratuitas; webs de Fansfictions, Facebook, Podcast, Instagramers, YouTubers y TikTokers. Y recalco contemporáneos, porque tampoco es cierto que ese universo fanfilm y fanart, solo exista a partir de la irrupción de estas nuevas tecnologías. Los niños de antes, como Luisito, interactuaban con sus más cercanos amigos, o con su propia imaginación. Y lo hacian en la soledad de su habitación o en el patio de la escuela o en la calle de su barrio. Eran fans como los de ahora, construían nuevos relatos y expandían la experiencia más allá del canon creado por los autores, con la diferencia, claro está, que los de ahora les basta la red y sus celulares para que la interacción se expanda a tamaños inimaginables. He ahí la diferencia.


Y no sé si la imaginación desplegada por aquellos niños de mi infancia cambiaría con las tecnologías de ahora, pues lo cierto es que la de aquella época no siempre nos traía buenos resultados; lo digo porque nunca he olvidado la escena en el barrio protagonizada por Luisito, a punto de cumplir diez años, una tarde de diciembre cuando estrenaba el disfraz de su superhéroe regalado por sus padres. Enfundado en el ceñido traje azul, los calzoncillos y las botas rojas, la capa también roja y el emblema de la “S” pegada al pecho, se lanzó desde el balcón de su casa, con los brazos en alto y los puños apretados a salvar el mundo, pero terminó su viaje estrellándose contra el pavimento. Fue esa tarde opaca y silenciosa en la que entendí que los superhéroes solo volaban en las pantallas.


Continuará… Luisito fue el primer fan que yo conocí, vaya para ese niño-amigo este texto como homenaje. Después de él muchos llegaron hasta convertir este panorama en una revolución; la revolución de los fans, pero ese es el tema de la próxima entrega.

 

[1] Un buen ejemplo de lo que digo es la película ‘Sueños’ del cineasta Akira Kurosawa, en la que el autor introduce al protagonista en los cuadros o paisajes del pintor Vincent Van Gogh. O Pablo Picasso, en la pintura, cuando reinterpreta ‘Las Meninas’ de Diego Velázquez, en una serie de 58 cuadros. Aquí hablaríamos más bien de una intertextualidad o transtextualidad semiótica

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ENLACES


- SERIE DE LA CADENA NBC SOBRE EL ASESINO HANNIBAL http://www.nbc.com/hannibal

- SUPERMAN CLÁSICO AÑOS 50' https://youtu.be/Q2l4bz1FT8U

- MUSEO TEMATICO VIRTUAL DE SUPERMAN: http://supermanforever.marianobayona.com/museosfor.html




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